Gran Canaria.- José Miguel Bravo de Laguna: "Hemos aprobado provisionalmente el anteproyecto y el estudio de impacto ambiental del tren" (9 cortes)


El Cabildo de Gran Canaria acaba de aprobar provisionalmente el anteproyecto y el estudio de impacto ambiental (EIA) de la línea ferroviaria Las Palmas de Gran Canaria-Maspalomas, informó, este viernes, en rueda de prensa, su presidente, José Miguel Bravo de Laguna, junto a la consejera responsable del proyecto, la titular de Transportes y Vivienda, María del Carmen Rosario. Tras justificar la Corporación en tiempo y forma todos los gastos de estudio realizados hasta la fecha, el proyecto sigue su curso, quedando supeditado a la recepción de los fondos necesarios (1.565 millones de euros) para su construcción.

Así, tanto el anteproyecto como el estudio de impacto ambiental se someterán, en breve (tras la publicación del anuncio correspondiente en el Boletín Oficial de Canarias y de un edicto en el tablón de anuncios de las entidades municipales afectadas: ayuntamientos de Las Palmas de Gran Canaria, Telde, Ingenio, Agüimes, Santa Lucía de Tirajana, San Bartolomé de Tirajana, Valsequillo y Mogán) y por un plazo de 30 días, a un período de información pública. Durante ese período, el expediente podrá ser examinado por las personas que lo deseen al objeto de formular alegaciones.

Anteproyecto

El Cabildo ha previsto que, tras cuatro años de obras, podrían ser 12.850.684 viajeros los que hicieran uso del tren en su primer año de vida. El número de usuarios aumentaría progresivamente hasta alcanzar los 20.102.515.

El convoy, del tipo convencional de velocidad alta, recorrería a 160 kilómetros por hora (velocidad punta) los 57,6 kilómetros del trazado proyectado, de los cuales casi treinta discurrirían por túnel o falso túnel, enlazando Las Palmas de Gran Canaria con Maspalomas y atravesando para ello los términos municipales de Las Palmas de Gran Canaria, Telde, Ingenio, Agüimes, Santa Lucía de Tirajana y San Bartolomé de Tirajana.

El anteproyecto contempla, además, la creación de once estaciones (Santa Catalina, San Telmo,  Hospitales, Jinámar, Telde, Aeropuerto, Carrizal, Arinaga, Vecindario, Playa del Inglés y Meloneras) para unir tramos que oscilan entre los 3,2 kilómetros (San Telmo-Hospitales) y los 15,355 (Vecindario-Playa del Inglés).

El ancho de vía previsto es de 1.435 milímetros y el sistema de vía que se emplearía sería el de placa de hormigón armado. En cuanto a los andenes de las estaciones, tendrían una longitud de 100 metros cada uno. La capacidad de talleres y cocheras sería de tres y quince plazas, respectivamente.

El proyecto significaría, además, la construcción de 17 viaductos que sumarían 4,899 kilómetros, con longitudes que irían desde los 35 metros del viaducto del barranco de El Rodeo a los 1.260 del que cruzaría el Barranco de Balos, así como la excavación de otros tantos túneles (8 perforados y 9 artificiales) a lo largo de 33,35 kilómetros. Dichos túneles permitirían el soterramiento de la vía a su paso por Las Palmas de Gran Canaria (Santa Catalina-San Telmo, 2,7 kilómetros; San Telmo-Jinámar, 8,2 kilómetros) y otros tramos (Telde-Aeropuerto y Aeropuerto-Arinaga).

El anteproyecto incluye, como uno de sus grandes atractivos, la creación de un gran parque eólico de 226,4 hectáreas para alimentar al tren y a las vía de forma cien por cien sostenible. Iría ubicado en Piletas, entre Agüimes (municipio al que pertenece dicha zona), Carrizal, Arinaga y Vecindario. El complejo generaría una energía anual media estimada de 76,3 GWh/año y contaría con 13 aerogeneradores de 85 metros de alto y palas de casi 33 metros de longitud.

Impacto 'nada significativo'

Ese parque eólico es uno de los aspectos mejor valorados por el informe de impacto ambiental, que se somete también a información pública y tiene por objeto la valoración, desde el punto de vista ecológico, de las diferentes alteraciones que previsiblemente se producirían en el medio ambiente por la realización del proyecto denominado “Línea ferroviaria entre Las Palmas de Gran Canaria y Maspalomas, intercambiadores e instalaciones auxiliares". Dicho informe revela que el impacto sería “nada significativo”.

En concreto, establece que en materia de ruido el impacto sería poco o nada significativo con la puesta en marcha de la infraestructura, dada la frecuencia de paso de trenes prevista en un punto. Durante la fase de construcción el ruido generado sería muy poco significativo en su conjunto, dado su carácter temporal y puntual.

En cuanto a la emisión de gases y partículas, el impacto sería inexistente, ya que los trenes serían eléctricos. Además, dado que podría reducirse el número de vehículos convencionales en circulación, el efecto sobre la emisión de los gases que provocan el efecto invernadero sería positivo.

Tampoco se detectan impactos de relevancia para flora y fauna, debido a que la traza prevista discurre por terrenos compuestos por lo general por poblaciones de escaso valor botánico, elementos de jardinería y, marginalmente, un cardonal-tabaibal.

Por último, desde el punto de vista socioeconómico, se estima que la construcción de esta infraestructura podría beneficiar a la sociedad en su conjunto.

En cualquier caso, el anteproyecto contempla medidas correctoras para minimizar los posibles impactos: gestión de materiales, tratamiento de taludes, plantaciones, tratamiento de emboquille de túneles y embellecimiento por recubrimiento con piedra, por importe de 47,2 millones de euros de los que 31,5 corresponden al parque eólico.

El anteproyecto que ahora se somete a exposición inició su tramitación el 26 de octubre de 2001, tras suscribirse un convenio de colaboración por el que se establecían las bases del encargo que realizaba la Corporación a la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (SPEGC), para la realización de los trabajos y estudios que viabilizaran la ejecución de un transporte alternativo en Gran Canaria.

El 19 de noviembre de 2002, se suscribe un nuevo convenio ampliando el objeto del anteproyecto para la penetración de la línea ferrocarril en Las Palmas de Gran Canaria.

Por Orden de 16 de junio de 2010, se aprueba definitivamente el Plan Territorial Especial del corredor de transporte público con infraestructura propia y modo guiado entre Las Palmas de Gran Canaria y Maspalomas (PTE- 21) y el 22 de septiembre de 2011 la SPEGC remite a la Corporación Insular la documentación necesaria para iniciar los trámites oportunos para la aprobación provisional del anteproyecto y del estudio de impacto ambiental, trámite que ahora concluye toda vez que se ha acreditado “que el anteproyecto está bien redactado y cumple con todos los requisitos y prescripciones legales y reglamentarias para permitir practicar la información pública correspondiente”, y que el EIA cumple con las disposiciones vigentes relativas a medio ambiente.


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